Según la teoría del orden de nacimiento de A. Adler, la posición que ocupamos en nuestra familia afecta a nuestra personalidad, nuestro coeficiente intelectual e incluso nuestro éxito en la vida, y que sus efectos perduran hasta la edad adulta.
Los primeros estudios sobre el rango fraterno determinaron que los primogénitos (también los hijos únicos), parecían poseer mejores condiciones intelectuales.
Los hermanos mayores obtenían mejores calificaciones escolares, daban mayor porcentaje de «triunfadores», eran más responsables, menos rebeldes y seguían estudios superiores relacionados con el modelo paterno.
También se puso de manifiesto que estaban mejor representados en los grupos de “personajes importantes” de la sociedad: jueces, científicos, etc.
Las razones de su mayor inteligencia, rendimiento escolar y proyección social podrían deberse a que, por lo general, son “unos hijos muy deseados”, en los que se proyectaban muchas expectativas, lo que implicaba mayor estimulación en su desarrollo.
La ventaja del primogénito
Por ejemplo, si has sido el hermano mayor, entonces de todos ¿eres el más complaciente, responsable, confiable, cauteloso, mandón y controlador?. Se supone que eres quien has recibido más atención por parte de tus padres, por lo que cuando llegó tu segundo hermano, ¿te sentiste descuidado, celoso o destronado?.
Si en tu caso has sido el hermano mediano, ¿te sentiste dejado de lado, ignorado y pasaste a ser el pacificador de la familia?. O si has sido el hermano pequeño, entonces ¿eres más egocéntrico o manipulador, pero a su vez el que más te esforzabas por llamar la atención, el diferente, el más independiente, el divertido y el encantador?
Según la teoría de F. Sulloway, dentro de cada familia, cada niño tiene que competir por la atención e inversión de los padres para sobrevivir. Por ejemplo, si el hermano mayor asume el papel responsable de cuidar a los hermanos menores, el hijo que llegue después tendría que encontrar otro rol diferente para reducir la competencia y mejorar la cooperación dentro de la familia, como por ejemplo, siendo más aventurero.
Son los hijos nacidos tras el primero, los que destacan por su carácter rebelde e innovador.
El orden de nacimiento es un tema fascinante, pero precisar exactamente qué impacto tiene por falta de evidencia científica, si es que tiene alguno, sigue siendo un desafío enorme aunque tengamos creencias más o menos fundadas y particulares al respecto.
No existe coincidencia de criterio en cuanto al papel que representamos los hijos según nuestro turno de nacimiento, pero, sin duda, el orden es siempre un factor determinante que nos predispone a una cierta conducta, especialmente a la de la rivalidad.
Investigaciones más modernas indican que el intervalo de tiempo entre el nacimiento de los hijos puede tener tanta importancia en el desarrollo de la personalidad, como el puesto que ocupe.
Ya de adulto siempre es interesante reflexionar acerca de los estereotipos: ¿cuántas fotos de tu infancia has podido recopilar? ¿Cuántas hay de tus hermanos y cuántas hay de ti? Si eres el mediano ¿te sentiste en terreno ambiguo, superado por el «estatus del primogénito» y los encantos o la libertad del pequeño? ¿Qué lugar preferente en la afectividad de tus padres tuvieron tus hermanos?
En nuestras consultas, los psicólogos nos estamos encontrando hermanos mayores cuyos padres sin mala intención, mantuvieron con ellos estilos de crianza mucho más autoritarios, basando la educación en la obediencia, el cumplimiento de la norma y expresando mucho menos los afectos.
El primogénito suele ser también a quien se le pedía cuidar de los hermanos pequeños, teniendo que asumir responsabilidades que no le competían, perdiéndose parte de la infancia y experimentando los pros y contras de haber tenido padres primerizos…
En ocasiones, la ventaja del primogénito puede convertirse en un factor negativo cuando los padres se preocupan en exceso, frustrándose demasiado cuando su hijo mayor no cumple sus expectativas.
Y tú, que ya eres adulto… hayas sido hermano mayor, mediano o pequeño, ¿vas a seguir condicionado por la posición que has ocupado en la familia o crees que ya es el momento de tener una perspectiva personal del rol familiar que deseas realmente tener?